sábado, 5 de abril de 2008

Martin Scorsese, el otro Rolling Stone


Se dice por ahí que sus obras abordan los temas de la vida italo-estadounidense, y los conceptos de culpa y redención católico-romanos, el machismo y la violencia endémica en la sociedad estadounidense. Señores, me importa una mierda. Solo sé que cuando me arrellano en el sofá a ver cualquiera de sus películas, y sobre todo sus documentales, me presenta una historia con una forma diferente de encuadrar las imágenes, con unos personajes que rezuman personalidad, con unos actores que transmiten autenticidad y con una música que imprime ritmo y cadencia a cada una de la situaciones que se retratan en el filme. Si todo esto se origina porque estuvo a punto de ser sacerdote, o porque creció entre la mafia de Little Italy, o porque le influyó la guerra de Vietnam, la verdad es que me importa una higa.

Roger Corman, productor de películas de serie B, fue unos de los descubridores de talentos cinematográficos como Francis Ford Coppola, Brian de Palma, James Cameron o el propio Scorsese, a los que enseñó una forma de hacer cine impactante, directa y efectista, sin adornos ni florituras que desvían la atención, dejándose de zarandajas. Su primera película oficial fue "Malas calles" -absolutamente recomendable- con Harvey Keitel como protagonista y un emergente Robert de Niro, que se convertiría en uno de sus actores fetiche. A partir de aquí, obra maestra tras obra maestra: "Alicia ya no vive aquí", "Taxi driver" (con un De Niro pletórico, basada en un guión de Paul Schrader, cuentan que inspirado en alguna noche de farra tras su reciente divorcio), y "New York New York", gran película y gran fracaso de taquilla, con De Niro y Liza Minelli con el jazz como gran protagonista.

Gracias a la afición a la farlopa y a la depre por el fracaso de su última película fue capaz de sacar adelante "El último vals", película-documental-concierto despedida del gran grupo The Band, por el que desfilan lo mejorcito del rock de los 70, de Paul Butterfield a Van Morrison, de Ringo Starr a Bob Dylan, de Eric Clapton a Muddy Waters, todo ello desarrollado en uno de los decorados de "Lo que el viento se llevó". Memorable.

A partir de aquí comienza el gran despegue de Martin. Mientras sus compañeros de promoción como Ford Coppola o Michael Cimino se hunden en la gran crisis cinematográfica americana de principios de los 80, Scorsese presenta la gran "Toro Salvaje", con (¡cómo no!) Robert de Niro y Joe Pesci, haciendo una libre biografía del púgil Jack La Motta, repitiendo Paul Schrader como guionista. Hay que reseñar que aquí comienza la colaboración en el montaje de sus películas de Thelma Schoonmaker, gran artífice de ese ritmo y esa manera diferente de contar historias. Nunca ha dejado de trabajar con ella.

A partir de aquí reseñar todos y cada uno de sus trabajos sería un trabajo ímprobo. Si tengo que quedarme con algunas, destacaría "Jo, qué noche", "Godfellas", "Gangs of New York", "Infiltrados" o "El cabo del miedo" (remake del clásico de los 50 protagonizado por Robert Mitchum, con la ya histórica escena del histriónico De Niro diciendo a Nick Nolte: "abogadooo, ¿estás ahí, abogado?", del que os dejo el enlace para que sacarle todo el jugo a la escena).


Para mí, quizá el trabajo más completo y que nos da una visión más completa del estilo de Scorsese es "Casino". Los personajes Sam Rothstein y Nicky Santoro (De Niro y Joe Pesci) se dice que están basados en gangsters reales: Lefty Roshental y Tony Spilotro. Sharon Stone está impresionante en el papel de buscavidas. La primera hora es un paisaje de Las Vegas, narrado en off por los protagonistas a ritmo de rythm & blues. A partir de ahí, describe la subida a los cielos del entorno de los gangsters y su caída en picado a los infiernos. Como se dice en la película, fue "la última vez que a la gente de la calle se le concedió el control de algo tan grande”. Después se les acabó el chollo. Asesinatos, venganzas, drogas, dinero, lujo, violencia desatada, ... Esto es Casino. El montaje de Thelma Schoonmaker es una obra maestra. Casi tres horas de película y te la pasas con la boca abierta, moviendo el pie con el mejor rythm & blues de los 60, 70 y 80. No te la pierdas.


Respecto de sus documentales destacar su devoción por la música americana, y su empeño en analizarla y difundirla. No os perdáis "No Direction Home: Bob Dylan", de obligada visualización para cualquier dylanita que se precie, o la serie de TV "The Blues: Feel Like Going Home", lo mismo para los amantes de la teta negra. Está preparando documentales sobre Bob Marley y sobre George Harrison. Estos días presenta "Shine a light", un espectacular concierto de los Rolling Stones con algunas entrevistas de hace décadas a los protagonistas. Os recuerdo que en casi todas sus películas aparece alguna canción de sus satánicas majestades. Un concierto de los Rolling, visto desde la retina del maestro Scorsese, no nos lo podemos perder. Como aperitivo, os dejo el trailer. Scorsese y los Rolling Stones. Casi ná.


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