domingo, 6 de mayo de 2012

Jim Marshall, el creador del sonido del rock


Si hay algo que identifica al rock son esos amplificadores apilados tras el escenario con la marca Marshall en letra bastardilla plateada sobre el frontal. Su diseñador y fundador de Marshall Amplification y su director durante más de 50 años, Jim Marshall, ha fallecido a los 88 años tras una larga lucha contra el cáncer.

Nació en Londres y pronto comenzó a tocar la batería. A finales de los 50 se ganaba la vida como baterista de jazz y dando clases como profesor de bateristas como Mitch Mitchell, de The Jimi Hendrix Experience o Micky Waller, de The John Mayall's Bluesbreakers, lo cual le permite conocer músicos e introducirse en los círculos musicales londinenses. Con el dinero que saca abre en Londres una tienda de instrumentos musicales, empezando a contar entre sus clientes a jóvenes promesas como Ritchie Blackmore o Pete Townsend. El propio Pete Townsend le pidió un amplificador más potente que los que se vendían en aquella época, de 45 w., para poder sacar todo el jugo al brutal sonido que requerían sus composiciones para The Who. En 1962 Jim Marshall y sus ayudantes se ponen manos a la obra y tras diferentes pruebas consiguen un amplificador de 100 w. con unos controles muy sencillos y básicos que cubría las expectativas que la nueva generación de guitarristas comenzaba a demandar. La imagen de Pete Townsend destrozando su guitarra contra uno de estos amplificadores en 1966 pasó a ser un icono del rock.
 
 
El nuevo sonido se propagó como la pólvora entre los jóvenes guitarristas que comenzaban a despuntar en el rythm&blues británico a principios de los 60 tras la visita de los grandes del blues de Chicago como Sonny Boy Williamson, Muddy Waters o Howlin' Wolf. Ritchie Blackmore, John Mayall, Jeff Beck, Eric Clapton o Jimmy Page se hicieron devotos seguidores de los nuevos amplificadores Marshall, que les aportaba la potencia deseada y un punto de distorsión, haciendo evolucionar el sonido de la guitarra eléctrica hasta el punto de marcaría el futuro del rock. Es el caso de la  histórica actuación de Jimi Hendrix en en Woodstock en 1969. Jim Marshall le bautizó como "el gran embajador" de su amplificador. ¿Su legendario "Hey Joe" hubiera sonado igual con cualquier otro amplificador?


La leyenda de Marshall se alarga hasta cruzar el charco, convirtiéndose en material muy preciado para los músicos norteamericanos. El primero en hacer un pedido a Londres es Roy Orbison, que lejos de ofrecer un estilo agresivo y potente estos amplificadores le proporcionarían un sonido y unos efectos desconocidos hasta entonces. El negocio de Marshall Amplification crecía a base de firmar acuerdos de exclusividad con los mejores músicos de la historia del rock como Gary Moore, Angus Young (AC DC), Slash (Guns'n'Roses), Kiss o Kurt Cobain (Nirvana).

Jim Marshall mantuvo su fábrica en Londres, pese a las presiones para abaratar costes fabricando en otros países, condecorándole como Oficial de la Orden del Imperio Británico. Junto a Leo Fender y Les Paul es uno de los grandes iconos del rock, sin los cuales no podríamos entenderlo tal y como lo escuchamos en la actualidad. Amante de los cigarros Montecristo y un buen whisky escocés, Jim Marshall estuvo involucrado en diferentes causas altruistas. En la web www.marshallamps.com se dejó el siguiente comunicado: “Además de crear amplificadores elegidos por innumerables "guitar heroes" y todo tipo de grupos, Jim fue también un hombre muy humilde y generoso que, a lo largo de las últimas décadas, ha donado sin alardear millones de libras para causas benéficas”. El mundo del rock le denominó The Lord of Loud. Sin embargo el mejor homenaje que se le puede hacer es desenfundar la guitarra, enchufarla al amplificador Marshall y tocar una pieza de rock a todo volumen en su memoria. Desde el pasado 5 de abril, y este año ha sido un abril muy tormentoso, cada vez que truene será porque Jim Marshall ha subido el volumen del rock allá arriba, en el cielo. Descansa en paz.

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