domingo, 15 de abril de 2012

"Treme", el corazón de Nueva Orleans


Acabo de devorar la primera temporada de la serie televisiva "Treme", producida por la todopoderosa HBO. Por otra parte marchamo de calidad en todo lo que produce. "Treme" nos lleva a las calles y habitantes de Treme, el barrio más musical de Nueva Orleans, justo después del paso del huracán Katrina. No sé si sus protagonistas son las gentes de Treme, la misma ciudad de Nueva Orleans o la música que la invade. Quizá los tres forman parte indisoluble de lo mismo: una forma de entender la vida. El Katrina se ha llevado por delante la ciudad sin misericordia pero no a sus gentes, que resisten incondicionales al lado de su ciudad, de su barrio, orgullosos de pertenecer a un lugar único mientras se afanan en reconstruir su ciudad y sus vidas. Tal vez se trate al fin y al cabo de lo mismo.


Como leí hace poco, Nueva Orleans es un isla en medio del archipiélago americano formado por el resto de estados; culturalmente rica, económicamente pobre y administrativamente olvidada. Las ayudas estatales no llegan, pero sin embargo sus habitantes se sienten tan unidos a su tierra que no pueden separarse de ella para comenzar de nuevo refugiándose en otro lugar, lejos de allí, tras haber perdido su casa, sus escasas propiedades y algunos también a sus seres queridos. "Treme" nos ofrece un colorista collage de estas gentes, cada una con sus tristezas, sus alegrías, sus anhelos, sus esperanzas... sus ganas de sacar sus vidas del fango. Y en medio de todo, por encima de todo, la música como nexo de unión entre todos ellos. En Nueva Orleans la música está en todas partes, forma parte del mobiliario urbano. La banda sonora, publicada en 2010, recoge una excelente muestra de los mejores momentos de la serie, con registros a cargo de John Boutté, Dr. John, Allan Toussaint o Elvis Costello, que además participan en la propia serie.


No esperéis acción o tramas apasionantes en la serie. La contemplación de Nueva Orleans, sus calles, sus gentes, sus sabores y sus olores preside el relato mientras te abandonas a la admiración por sus habitantes a la vez que piensas "¡quiero ser como ellos!", y el disfrute del blues y el jazz con largas intepretaciones que ralentizan el seguimiento del centro de acción. Por tanto, si no te gusta el blues o el jazz no pierdas el tiempo, esta no es tu serie.

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