Hace ya un año que Ángel González nos dejó, como cada septiembre desde aquel 1972, cuando comenzaba de nuevo el curso académico y abandonaba su Madrid partiendo hacia Alburquerque (Estados Unidos) donde impartía clases de Literatura Española Contemporánea en la Universidad, ¡qué lujo! A lo largo de este oscuro 2008 perdimos la presencia casi paternal del poeta, dejándonos a la deriva. Se fue de la misma manera en que "El otoño se acerca":
"Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida,
y lo perdimos para siempre".
Ángel González pertenece al grupo de la denominada Generación del 50. Es una generación en la que prevalece la temática social, pero aderezada de lirismo, de un lenguaje muy cuidado, pero sencillo y casi coloquial, muy cercano, heredado directamente de la genial Generación del 27. También recuperan temas que parecóan olvidados en los poetas de la posguerra como la metafísica y las preocupaciones existenciales. El precursor de este grupo generacional fue José Hierro. A éste le siguieron el zamorano Claudio Rodríguez, José Agustín Goytisolo, Antonio Gamoneda, José Caballero Bonald o Jaime Gil de Biedma.
Solo puedo subrayar las palabras que Joaquín Sabina le dedicó en su entierro. “Ojalá los españoles se enteren, los que no se enteraron antes, de que este señor era un poeta en carne viva y uno de los seres humanos más dignos, decentes y ejemplares que han existido. He perdido a un maestro, a un padre, a un hermano, a un amigo, a un guía, a un ejemplo,… y, desde luego, a un poeta digno de que mañana se acaben todas sus existencias en las librerías.
¡Bendito sea Angel González!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario