domingo, 1 de junio de 2008

Zydeco... ¡a bailar!

Como no solo de rythm&blues vive el hombre, hoy vengo a hablaros del zydeco, uno de los muchos afluentes que convergen en el gran río Mississipi, dando color, sabor y ritmo a la música de los pantanos. El zydeco se puede definir como aquella música cajún tocada por negros. Recordemos que los cajún eran inmigrantes franceses aposentados en las praderas de Luisiana desde 1800. Los instrumentos básicos para interpretar zydeco son el afrancesado acordeón y una humilde tabla de lavar, conocida como washboard o frottoir que se cuelga del pecho y sobre la que se frotan o rascan cucharas o instrumentos metálicos similares, a los que además se solían unir guitarras y violines. Los negros se unieron a la fiesta aportando los espirituales y sus ganas de bailar. De esta fusión de culturas francesa y africana nacieron los creoles o criollos, y sobre el escenario de tugurios de ciudades de legendarios nombres como Baton Rouge, Laffayette o Nueva Orleans comenzó a escucharse en los house dances una música alegre y de ritmo contagioso, bailada por los negros libres del Delta del Mississipi. Poco a poco se le fueron añadiendo influencias musicales de diversa procedencia, como los ritmos caribeños, el blues, el country y hasta polcas hasta constituirse el zydeco en la forma como lo disfrutamos hoy día, aunque sigue manteniendo el característico sabor de su origen profundamente rural.

Entre los principales intérpretes del zydeco están Clifton Chenier, Boozoo Chavis, la banda Buckwheat Zydeco y Beau Joque. Precisamente os presento a Beau Jocque, macroacordeonista de dos metros de altura y 120 Kg. Nació en 1953 en Louisiana y jamás le interesó la música. Tras ser militar norteamericano, guardia de seguridad e incluso escolta personal de Henry Kissinger regresó a su tierra a mediados de los 80 a trabajar como electricista. En un accidente laboral quedó paralizado de cintura para abajo durante 10 meses, comenzando a tocar el acordeón por un pique con su padre, que le aseguró que jamás aprendería a tocarlo. No solo aprendió sino que con su mujer tocando el washboard comenzaron a actuar profesionalmente por los garitos de Louisiana introduciendo ritmos modernos como el funk o el hip hop, además de utilizar en las letras temas como las drogas o las peleas entre bandas que tanto se alejaban del zydeco tradicional, tan alegre y festivo, lo que le costó cierto rechazo por parte de los partidarios de los elementos más puros del zydeco tradicional. El 10 de septiembre de 1999 falleció de un ataque al corazón mientras se duchaba, justo en el mejor momento de su carrera y seguramente también de su vida. Tenía 45 años. Que Dios le bendiga, ahora que está por ahí arriba dándole al acordeón...

Y ahora ¡todos a bailar!

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