El Volksbund en los años 1980-1988 los reunió en esta última morada inugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1988.
Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad."
En estos días de agitación por la polémica Ley de Memoria Histórica, me emocionó contemplar este sencillo cementerio situado en la subida al Monasterio de Yuste, totalmente ausente de cualquier simbología, que acoge soldados alemanes de cualquier graduación e ideología, muertos en defensa de su país y de su bandera. Todas las sepulturas son iguales y únicamente tienen una cruz en granito oscuro. Como inscripción figura el nombre del soldado y su año de nacimiento y muerte. Me parece que es la más digna sepultura para cualquier soldado que haya defendido su causa con la vida.
Me pareció una auténtica lección de memoria histórica y de patriotismo, en esta época en la que prima el relativismo y la ausencia de valores. Creo que aún nos queda mucho por aprender de las democracias más consolidadas.
1 comentario:
La cosa no es tan sencilla, esos alemanes murieron por su país todos en el mismo bando, mientras que la memoria histórica, como sabes, pretende sacar a la luz a los pertenecientes a un bando que, casualmente, era el de la legalidad, por muchos reparos que se quiera y se pueda poner a eso.
Gracias por tu blog y un saludo.
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