sábado, 25 de octubre de 2008

Atlético-Liverpool: previsible empate

Hoy la cosa va de fútbol, amigos. Se han enfrentado cara a cara mis dos equipos de siempre: el de nacimiento y el de adopción. El de nacimiento es el Atlético de Madrid, el Atleti de mis penas y de mis alegrías. El de adopción es el Liverpool de Torres, al que nuestro hijo pródigo se marchó en busca de fortuna, de Pepe Reina, hijo de Miguel Reina, el porterazo del gran Atlético que debió ser campeón de Europa, y de Luquitas Leiva, sobrino del exquisito Leivinha. A finales de los 70, cuando yo tenía 12 o 14 años, Liverpool era la ciudad de unos melenudos llamados The Beatles que cantaban a un submarino amarillo y de un equipo de fútbol cuyos colores eran también el rojo y el blanco, que eran defendidos por gladiadores como Ray Clemence, Kenny Dalglish, Phil Neal, Michael Robinson, John Toshack o Sammy Lee. Es con diferencia el primer club de Gran Bretaña, y no solo en títulos, que a mí eso me la sopla, sino sobre todo en historia y autenticidad. Me refiero a costumbres como la de que cada jugador debe unir con los cordones sus propias botas, para que el utillero no se las vea ni se las desee hasta emparejarlas, llenas de barro. O como cuando llegó Rafa Benítez, y viendo las viejas duchas de azulejos blancos y los bancos de madera de los vestuarios de Anfield, lo primero que dijo es que todas esas instalaciones había que reformarlas inmediatamente. Se dice que el capitán Steven Gerrard le respondió: "Mr. Benítez, esto es Anfield. En estas duchas se han duchado nuestros padres y nuestros abuelos, y en estos vestuarios con bancos y taquillas de madera, con viejos y desportillados azulejos blancos, se han cambiado nuestros padres y nuestros abuelos, nos cambiaremos nosotros, y se cambiarán nuestros hijos y nietos. Esto es el Liverpool. Creo que no hay ninguna razón para que esto cambie". Gran lección de humildad, amigos.

“You’ll Never Walk Alone” es una canción compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II ("Sonrisas y lágrimas", "El rey y yo", "Oklahoma") para el musical "Carousel" en 1945. En la obra, al morir Billy Bigelow, es interpretada para reconfortar a la protagonista Julie Jordan, madre de una niña y embarazada de otro. La canción se vuelve a repetir en la escena final durante la graduación de la hija de ambos. Durante la II Guerra Mundial, la canción se cantaba en los teatros por todos los asistentes ya que tenían familiares y amigos luchando en la guerra. Hay muchas versiones como las de Frank Sinatra, Judy Garland, Nina Simone, Elvis Presley o incluso los Tres Tenores. De todas las versiones me quedo con esta de Tom Jones, el Tigre de Gales. Una gran voz, sin duda.



En 1963 un grupo de Liverpool, Gerry & the Pacemakers, hicieron una versión absolutamente pastelosa que llegó a estar cuatro semanas en el número uno de las listas del Reino Unido. En esa época se repetía en Anfield Road una y otra vez antes de los partidos, y la Kop, la hinchada del Liverpool, la comenzó a cantar antes del comienzo de los partidos. Esta especie de ceremonia se sigue cumpliendo religiosamente antes de cada partido. En 1982, la inscripción con el título de la canción pasó a formar parte del escudo del equipo. La versión de Gerry & the Pacemakers es la actualmente se emite por los altavoces de Anfield Road antes de cada encuentro. Aquí está.





miércoles, 22 de octubre de 2008

Levi Stubbs y The Four Tops

Ha fallecido Levi Stubbs, la gran voz de barítono de los Four Tops, el maravilloso grupo de Detroit estandarte del sello Motown. Destacan los Four Tops por ser el grupo más longevo de la historia, al permanecer 43 años en activo sin cambiar de integrantes: Laurence Payton († 1997), Renaldo 'Obie' Benson († 2005), el propio Levi Stubbs († 2008) y Abdul Fakir, que ha quedado como único miembro vivo. A los Four Tops se les identifica con el estilo Motown no solo porque grabaron todos sus éxitos en los estudios de la Motown sino porque además sus canciones fueron compuestas por autores de la casa como Brian y Eddie Holland, y Lamont Dozier, que lograron aupar al grupo a los primeros puestos de las listas entre 1964 y 1967. Logró siete top ten en dos años, pero fue un grupo coral que sacaba lo mejor sobre el escenario. Fue un gran grupo de directo. Son miembros del Rock&Roll Hall Of Fame desde 1990 y vendieron más de 50 millones de discos durante su carrera. Entre sus éxitos más sonados están "I can't help myself", "It's the same old song", "Standing in the shadows of love" o el legendario "Baby I need your loving", del que os dejo una actuación de 1965.

Levi Stubbs estaba fastidiado desde hace tiempo, luchando contra el cáncer y contra un derrame cerebral que le retiraron de los escenarios desde el año 2000. "Tenía una de las voces más prolíficas e identificables de la historia americana. Es una enorme pérdida, para la familia de la Motown y para el mundo", ha dicho Billy Wilson, antiguo miembro de la Motown. Otis Williams, de The Temptations, le califica de Frank Sinatra negro. "Levi tenía el mismo talento, cualquier cosa que cantase lo hacía de forma única, tanto que te quedabas allí mismo asombrado". Desde el cielo nos estarás diciendo "Reach out, I'll be there". Descansa en paz.

viernes, 17 de octubre de 2008

Paul Newman y el Actor's Studio

Era algo que esperábamos con resignación cristiana. Paul Newman pidió hace unas semanas ir a morir a su casa, entre los suyos, a cerrar su ojos azules para siempre. Era de los últimos grandes actores que nos quedaban. De los que a mí me gustan, que llenan la pantalla solo con su presencia, destilando magnetismo. No le hacían falta brillantes diálogos, ni estudiados planos para hacerle aún más atractivo. Le bastaba su mirada celeste y su sonrisa de sinvergüenza indómito para que las mujeres cayeran a sus pies y nosotros le envidiásemos a muerte. Recuerdo haber visto "Veredicto final" en el cine club de la Facultad de Derecho de Universidad Complutense en algún ciclo de cine jurídico, y dejarme impactado. Igual que en "El buscavidas", "Marcado por el odio", "Ausencia de malicia" y tantas otras. Yo me quedo con "La leyenda del indomable", "Cortina Rasgada" y "El Golpe", del que os dejo el trailer.

Mr. Newman ha sido uno de los mayores exponentes del Actor's Studio. Fue creado en 1947 por Elia Kazan, Robert Lewis y Cheryl Crawford para formar actores en base al método Stanislavski: "preparación intensiva basada en la búsqueda del actor para expresar sus emociones en la soledad pública, en la memoria afectiva y en la utilización de los objetos para reencontrar sentimientos pasados". Esto permite destacar en el actor notas interpretativas muy realistas y una gran confusión de sentimientos. Me estoy acordando del tormentoso James Dean en "Rebelde sin causa", por ejemplo. El Actor's Studio utilizó textos de grandes dramaturgos americanos como Tennessee Williams o Arthur Miller, grandes directores como el propio Elia Kazan, Arthur Penn o Martín Ritt, y entre sus alumnos nada más y nada menos que estrellas del calibre de Marilyn Monroe, James Dean, Montgomery Clift, Marlon Brando, Lee Remick o mi admirado Steve McQueen. También pasaron por sus aulas actores de la talla de Robert de Niro, Harvey Keitel, Al Pacino o Dustin Hoffman. Creo que a los que nos gusta el gran cine, le tenemos mucho que agradecer al Actor's Studio. Podéis informaros sobre sus actividades, apuntaros a sus clases o enviarles vuestros agradecimientos a través de su web http://www.actors-studio.com/.

Como homenaje a Paul Newman os recomiendo el trailer de "Paris Blues", que en España la tradujeron como "Un día volveré", de Martin Ritt. Nos cuenta las peripecias por París de dos músicos de jazz norteamericanos de club en club hasta que se lían con dos turistas norteamericanas que le exigían, como todas las mujeres, sentar la cabeza y volver a casa. Ver juntos a Paul Newman, Sidney Poitier y a Joanne Woodward, la eterna esposa de Newman. La banda sonora es pata negra: compuesta por Duke Ellington e interpretada por Louis Armstrong. Por siempre, Paul Newman. ACTOR.

sábado, 4 de octubre de 2008

¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem!

¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem!
No hay angustia comparable a tus rojos oprimidos,
a tu sangre estremecida dentro del eclipse oscuro,
a tu violencia granate sordomuda en la penumbra,
a tu gran rey prisionero, con un traje de conserje.
(Federico García Lorca )

Leo en el periódico algo está cambiando en el viejo barrio de Harlem. Comenzó siendo habitado por holandeses, dándole el nombre de Nieuw Haarlem (o Nueva Haarlem), en honor a la ciudad holandesa de Haarlem. Conocido como la capital negra de América, hoy está siendo objeto de un cambio sociocultural importante, ya que está dejando de ser el deprimido y peligroso barrio de los negros y está convirtiéndose en una de las zonas más pimpantes y vanguardistas de Nueva York. Como en todas partes, los habitantes de clase media se alejan de la gran ciudad en busca de lugares económicamente más asequibles para establecerse. Harlem, donde en el año 2000 solo vivía un 3% de blancos y era dominado por negros y puertorriqueños (éstos agrupados en el llamado Spanish Harlem), con unas tasas de delincuencia que pondría los pelos de punta al más bragado personaje de una novela de Montero Glez, se está convirtiendo en uno de los lugares preferidos por los neoyorquinos para vivir gracias a la inversión inmobiliaria y a las magníficas vistas que el barrio tiene a la zona norte de Central Park. Hoy se producen escenarios tan sorprendentes como la 110 Street, conocida como "Central Park North", conjugándose emergentes edificios de lujo a orillas de Central Park con el correccional de Lincoln y numerosos homeless tratando de sobrevivir acurrucados en un portal. Se dice que si sigue revalorizándose el viejo Harlem, los neoyorkinos tendrán que expandirse más hacia el norte, y comenzarán a invadir el Bronx. Como muestra echad un vistazo a la imagen que presenta este post en la que podemos contemplar un brownstone o clásico edificio de ladrillo de Harlem con el Hummer aparcado en la puerta. Curioso cuando menos.

El fotógrafo Art Kane reunió en 1958 para la legendaria fotografía titulada Jazz Portrait a las más grandes figuras del jazz de la época, y posiblemente de la historia. Reunidos como para la foto del colegio en el nº 17 West de la 126 Street, grandes dinosaurios como Dizzy Gillespie, Thelonius Monk, Lester Young, Coleman Hawkins, Art Blakey y tantos otros posan quizá con la voluntad de inmortalizar una época. Es la imagen de un tiempo y de un lugar que fue habitado por personajes de la talla de Duke Ellington, Dinah Washington, Sidney Poitier, Billie Holiday, Kareem Abdul-Jabbar, Sammy Davis Jr. o Sugar Ray Robinson, además de Tito Puente en su Spanish Harlem o Al Pacino, que nació en el East Harlem. Harlem no es cualquier cosa. Es un barrio con historia. En Harlem está la catedral gótica más grande del mundo (St. John the Divine), conserva la única torre de bomberos que queda en Nueva York, nació Samuel J. Battle, el primer policía negro de Nueva York, en sus calles agitó las masas y fue asesinado Malcom X, y en ellas fue recibido Joe Louis convertido en campeón del mundo de boxeo en 1938.

En Harlem se inaugura en 1921 el legendario club de jazz "Cotton Club" en el 644 de Lenox Avenue, regentado por el gangster Owney Madden. Tras sus puertas cada noche se cerraban los más sucios negocios a la par que se gestaba en su escenario el swing, sobre todo a cargo de la orquesta de Duke Ellington. Se proclama la Ley Seca en 1920, lo que provoca que comiencen a abrirse bares clandestinos disfrazados de locales religiosos o incluso lavanderías, siempre controlados por la mafia. El Cotton Club estaba dirigido a un público blanco selecto, ya que la entrada estaba rigurosamente prohibida para los negros, salvo que acudieran allí para actuar o prostituirse. En 1984 Francis Ford Coppola estrenó la película "Cotton Club", que pasó con más pena que gloria por la cartelera en su momento, pero sin embargo los aficionados al cine y al jazz le tenemos aprecio porque es una buena cinta con una inmejorable banda sonora que incluye blues, dixie y, por supuesto, mucho swing. Las escenas de claqué son espectaculares, y la combinación de números musicales con escenas de violencia es de gran maestría, propia, por otra parte, de Ford Coppola, el cual da la alternativa a dos jóvenes actores: su sobrino Nicholas Cage y Richard Gere. En este trailer de la película que he encontrado de la versión italiana podéis empaparos del ambiente y la música que se debía respirar en el Cotton Club. Podéis pinchar en este enlace para verlo: http://es.youtube.com/watch?v=PnYIEXUodOk. No os perdáis este número de claqué de esta misma película. Impresionante.



La alternativa al Cotton Club fue el Apollo Theatre, ya que permitía la entrada a los negros. Solo actuaban artistas negros, llegando a debutar allí jóvenes promesas como Ella Fitzgerald, Billie Holiday o James Brown, que llegó a convertirse en el auténtico rey del Apollo. Podéis informaros si vais por allí en http://www.apollotheater.org/., sobre todo para asistir a sus famosos amateur wednesdays, que se vienen celebrando desde hace más de 70 años. En una de estas sesiones para aficionados apareció una negra de aspecto estrafalario, diametralmente opuesta del glamour que cualquier orquesta de jazz necesitaba. Sin embargo, Chick Webb, percusionista de la orquesta, enano y chepudo por una malformación en la espalda, quedó prendado de su voz, la acogió en su casa y en su matrimonio y la promovió como vocalista de la banda hasta que comenzó quitarle protagonismo. Envidioso por la voz de Ella, se negó a que liderase la orquesta. El dueño del Apollo apostó por Mrs. Fitzgerald, y su magnífica voz y personalidad fue eclipsando por completo al jorobado, que murió enfermo y amargado. Desde ese momento nadie pudo parar a Ella Fitzgerald y su Orquesta. Ella Fitzgerald utilizó con éxito la técnica del scat, que consiste en repetir con su propia voz las notas de los instrumentos, que pocas voces del jazz han sido capaces de interpretar. En este breve video de Ella Fitzgerald que claro por qué pasó a la historia como The First Lady of Song.


El tercer club de jazz en discordia dentro del territorio prohibido de Harlem fue el Savoy Ballroom. Fue un local profundamente negro, casi más un local de baile, que estuvo en marcha hasta 1958, con un espectáculo que los diferenciaba del resto: la batalla de bandas. En este espectáculo, se enfrentaban dos orquestas una frente a otra, con el swing por encima de todo. Entre las orquestas más reconocidas en el Savoy Ballroom destacaron la de Benny Goodman, la de Count Basie y la del propio Chick Webb. Grandes estrellas del be-bop como Dizzie Gillespie, Charlie Parker, Art Blakey y Thelonious Monk también tocaron en el Savoy. Hoy es una especie de museo, que podéis visitar virtualmente en http://www.savoyballroom.com/. Ved este video de finales de los 30 o principios de los 40 y el ritmo que se gastaba por el mismísimo Savoy Ballroom.


Y no podemos abandonar Harlem sin visitar una misa gospel, un gran acontecimiento semanal para un negro creyente, y un gran espectáculo para un turista blanquito con ganas de amortizar su visita a Nueva York. Eso sí, no conozco a ningún blanquito que no haya salido de una misa gospel si haber sentido elgo en lo más recóndito de su alma, si es que sabía que la tenía. Los hombres reciben con elegantes trajes a los asistentes uno a uno. Las mujeres se ponen sus mejores galas, como trajes de colores de terciopelo y llamativos sombreros. Los turistas ocupan un lugar especialmente apartado, desde donde contemplan la celebración. Para mí, personalmente, hay pocas cosas que más me emocionen que un gran coro de gospel entonendo uno de sus cánticos. Como cada año, en diciembre no faltaré a la cita con el Festival de Gospel de Madrid. Mientras tanto, vamos a deleitar nuestros oídos y nuestro espíritu con este video del Harlem Gospel Choir.

¡Ay, Harlem, disfrazada!
¡Ay, Harlem, por un gentío de trajes sin cabeza!
Me llega tu rumor,
me llega tu rumor atravesando troncos y ascensores,
a través de láminas grises,
grises donde flotan tus automóviles cubiertos de dientes,
a través de los caballos muertos y los crímenes diminutos,
a través de tu gran rey desesperado,
cuyas barbas llegan al mar.

(Federico García Lorca )